El equilibrio del agua: pH y alcalinidad total
El pH caracteriza la acidez o la basicidad del agua del spa. Muy rápidamente este último puede variar y causar molestias a los bañistas. El agua con un pH demasiado bajo puede irritar la piel de los bañistas e incluso, a largo plazo, corroer el spa y sus equipos.
El agua con un pH demasiado alto disminuirá la eficacia del tratamiento desinfectante (especialmente si este último es a base de cloro) y favorecerá la aparición de depósitos calcáreos en las paredes y las canalizaciones.
Por lo tanto, el control regular del pH del agua es esencial. De su equilibrio depende el confort del baño, la limitación de los depósitos calcáreos o la corrosión, pero también una acción eficaz del desinfectante y de otros productos de tratamiento.